lunes, 29 de agosto de 2011

GP Bélgica 2011. Carrera: Bye, bye, mundial.

De ahora en adelante, todo aquel que diga que no le gusta la Fórmula 1 deberá primero pasar por el trámite de obligado cumplimiento de ver el GP de Bélgica de 2011. Y después, que diga lo que quiera.
Impresionante carrera la que vivimos sobre el mítico trazado belga, y ni siquiera hizo falta que apareciera la lluvia.
Una carrera con muchas complicaciones que acabó por llevarse Vettel, liderando un increíble doblete de RBR. ¿Quién lo hubiera apostado? Nadie creía siquiera que pudiera ganar uno de los dos en un circuito que, a priori, les era muy desfavorable.
Y es que la carrera empezó con más complicaciones de las que estamos acostumbrados. Red Bull y McLaren pedían a la FIA que les permitiera cambiar los neumáticos delanteros a pesar de haber clasificado entre los diez primeros, alegando que tenían problemas de blistering después de apenas unas vueltas de clasificación. Pero la FIA no cedió, puesto que tenían la posibilidad de cambiarlos y salir desde el pit lane. Y es que la clave de todo está en las pocas vueltas sobre seco que los equipos pudieron dar durante el fin de semana.









La degradación de los neumáticos era un misterio cuya resolución no fue del agrado de muchos.
Finalmente, todos se arriesgaron y tomaron la salida con los neumáticos correspondientes. Una salida que no estuvo exenta de problemas. ¡Pobre Jaime Alguersuari! Su carrera duró lo que tardó Bruno Senna en llevárselo puesto en la frenada de La Source. El cabreo fue visible y sus declaraciones más o menos contenidas hasta que se le escapó un improperio. Finalmente el brasileño fue castigado con un Drive Through y al final de la carrera pidió disculpas.
Pero no todo acaba ahí. En la salida, Webber se quedaba - qué extraño- y Vettel era adelantado por Rosberg. Detrás se colocaban Massa y Alonso, con Button a la zaga. Vettel conseguía finalmente recuperar la posición con Rosberg y Alonso se desesperaba viendo que Massa no era capaz de hacer lo mismo y que el de RBR se escapaba. Al final se cansó y le metió a Felipe el coche en Rivage, un poco a lo bestia, echando al brasileño de la trazada y poniéndole a Button el adelantamiento en bandeja.
A todo esto, Vettel entraba prontísimo a cambiar las ruedas y ponía blandas de nuevo. Más tarde Alonso hacía lo mismo.
Y, como todo estaba yendo demasiado tranquilo, no tardó en salir un SC. En plena recta Kemel, Hamilton y Kobayashi se enzarzaban en una pelea. Al final de la recta el británico hacía un movimiento extraño y se tocaba con el japonés, sufriendo un aparatoso golpe y dejando a Kobayashi bastante tocado. Esta circunstancia fue aprovechada por Red Bull para cambiarle los neumáticos a Vettel y poner blandos de nuevo. Sin embargo, Ferrari optó por mantener a Alonso en pista y desperdiciar la oportunidad. Craso error. El ritmo de Vettel con las ruedas nuevas era muy superior al de Alonso con unas blandas que tenían ya bastantes vueltas. Vettel se puso lider y aguantó con blistering como un campeón hasta que Alonso tuviera que entrar. Al final, el asturiano entró a cambiar y puso ruedas medias, lo que acabó de crucificarle. El Ferrari con los medios no fué ni de lejos un monoplaza capaz de disputar el podio. No sólo vió como se escapaba Vettel y, con ello, la victoria, sino que Webber le recuperó siete segundos en un santiamén, relegándole al tercer puesto. Y, finalmente, para dolor del equipo italiano, Button hacía lo propio, arrebatándole el tercer escalón del podio y firmando una increíble carrera y dejándonos con la incertidumbre de saber qué hubiera pasado de haber salido entre los cinco primeros.
Por su parte, Massa se hundió un poco en la tabla debido a un pinchazo en su primer juego de medios. Finalmente, consiguió acabar octavo, por delante de Petrov y de un impresionante Pastor Maldonado que conseguía su primer punto.
Mención a parte merece la épica remontada de Michael Schumacher. No hay palabras para describir el carrerón que hizo saliendo el último y llegando quinto, adelantando al propio Rosberg, a quien el equipo recomendó al final de la carrera que "ahorrara combustible". Nadie hubiera imaginado mejor regalo para el Káiser en su aniversario, además del regalo que nos hizo a nosotros. Quien pueda que le eche un vistazo a la salida del alemán, no tiene desperdicio alguno.
En cuanto al equipo HRT, carrera para olvidar. Ricciardo abandonaba en la misma vuelta en la que Hamilton tenía el accidente, dejando su monoplaza aparcado en la escapatoria de Rivage. Por su parte Liuzzi acababa último a bastante distancia del penúltimo.
En resumen, carrera apasionante, doblete de RBR en un circuito en el que nadie daba un duro por ellos y golpe de efecto de Vettel en el mundial. Los demás ya pueden ir diciendo bye bye al título, porque ya empieza a tener escrito las primeras letras del que puede ser el bicampeón más joven de la historia.
En dos semanas nos vemos en otro de los legendarios, Monza, el templo de la velocidad.
Resultados aquí.

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