viernes, 29 de abril de 2011

Cosa ti succede, cavallino rampante?

Eso se preguntan algunos, incluso en el propio equipo. ¿Qué ha sido del equipo que todo lo ganaba, que solo veía a sus rivales en la calle de boxes? Antes, Ferrari se escondía del resto. Ahora, el resto se esconden de Ferrari. Hagan un recuento de las últimas innovaciones en la categoría: F-Duct, doble difusor, escapes soplados, escapes hacia delante, alerones "flexibles", cajas de cambio diminutas... Ninguno de estos ingenios ha salido de la factoría de Maranello, donde se han dedicado exclusivamente a intentar adaptar dichos artilugios a su monoplaza. Este año la cruz para Ferrari se llama Ferrari 150º Italia, un bólido que, al parecer, debido a una mala configuración del tunel de viento de los italianos, ha sido mal diseñado. Para entendernos mejor, es como si quieren hacer las cuentas para diseñar un edificio con una calculadora que dice que dos más dos son cero.
Pero, ¿realmente ese es el problema? En Ferrari llevan arrastrándose por el paddock desde que el "dream team" de Schumi se fue, aunque haya habido temporadas que hayan estado luchando por el mundial, eso es algo que se ha debido más a errores de los demás que a aciertos suyos. Si el año pasado, el Red Bull hubiera tenido mejor fiabilidad y hubieran puesto orden interno para evitar desastres como el de Turquía, la cosa se habría acabado mucho antes. Y eso que el equipo mejoró el F10 en la segunda mitad del año, pero no lo suficiente, porque en los sábados seguían sufriendo más de lo necesario.
El caso es que, desde que no están Ross Brawn, Jean Todt y compañía, el equipo ha perdido el rumbo. Stefano Domenicali no ha demostrado poder apañárselas solo. Ferrari está fallando estrepitosamente en estrategia, coordinacion en boxes y otras tantas cosas más que, en última instancia, son responsabilidad suya, y en las que antes eran el referente a seguir. ¿Quién no recuerda la victoria de Schumacher en el GP de Francia en 2004 con una estrategia de cuatro paradas? En Renault, que ya se frotaban las manos, no dieron crédito a lo sucedido. Aunque se haya señalado como cabeza de turco a Chris Dyer del desastre del 2010, no toda la responsabilidad puede ser suya.
Por otro lado, Aldo Costa, junto con Nicholas Tombazis, no han sido capaces de adelantarse a sus rivales, de buscar el límite del reglamento ni de ingeniarselas para ganar donde las normas les hacían perder. Antes de la presentación del monoplaza de este año, los rumores apuntaban a un coche totalmente revolucionario y, al tirar de la manta, la decepción hizo presencia. La única diferencia con el coche del año pasado era un morro más alto y una trasera más estrecha.
Si Ferrari quiere volver a estar en la lucha, debe replantearse muchas cosas. Bien es cierto que cuando Schumacher llegó a Ferrari, estuvo cuatro años de sequía hasta ganar su primer título de piloto con ellos, rompiendo una mala racha de veintiún años de vacío. Fernando debería darse más prisa porque no es precisamente un jovenzuelo ya.

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